Uno de los primeros juegos surrealistas de Breton, Aragon, Éluard, Péret. 1920.

Un documento fantástico que constituye uno de los primeros ejercicios colectivos posdadaístas del futuro grupo surrealista. Aragon, Breton, Éluard, Fraenkel, Paulhan, Soupault y Péret valoran subjetivamente (de -20 a +20) a cerca de doscientas cincuenta personalidades literarias, históricas o científicas de todas las épocas.

Vendido

André Bretón (1896.1966)

Manuscrito autógrafo.

Cuatro páginas de ½ pulg.-4° numeradas del 1 al 5 con lápiz rojo.

Lista de nombres mecanografiada, columnas dibujadas a lápiz, anotaciones en tinta azul.

Junio ​​de 1920.

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Un documento fantástico que constituye uno de los primeros ejercicios colectivos posdadaístas del futuro grupo surrealista. Aragon, Breton, Éluard, Fraenkel, Paulhan, Soupault y Péret valoran subjetivamente (de -20 a +20) a cerca de doscientas cincuenta personalidades literarias, históricas o científicas de todas las épocas.

A través de una larga lista de nombres ilustres, los siete participantes dan rienda suelta a sus admiraciones y desprecios literarios mediante el juego de la notación académica.

Bajo el fuego de la censura matemática, algunos nombres como Rimbaud, Lautréamont, Apollinaire, Freud y Jacques Vaché se benefician –como era de esperar– de una casi unanimidad, mientras que otros (Tolstoi, Sand, Voltaire, Maupassant, etc.) los ven severamente castigados.

Nótese la relativa libertad de Paul Éluard, que adopta en general la opinión contraria a la de sus amigos, y la cierta severidad de Benjamin Péret, que atribuye las peores notas a la gran mayoría de los nombres propuestos.

Reevaluar la historia literaria fue una de las grandes empresas del surrealismo. En esta sesión, todavía situada bajo el signo del Dadá, emergen afinidades, se ocultan ignorancias, se expresan odios o rivalidades, que con el paso de los años se irán aclarando y en ocasiones amplificados gracias a otros juegos surrealistas.

El juego es una de las técnicas más fructíferas para explorar el lenguaje, y para el surrealismo el juego era mucho más que una actividad, era también una actitud y un valor al que se añadía una dimensión de creación poética colectiva. Matriz de las creaciones culturales y artísticas del siglo, el grupo surrealista siguió profundizando su aproximación al juego y su investigación del lenguaje.

Procedencia: Venta de André Breton, 11 y 12 de abril de 2003, n°2016

 

 

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