Louis Pasteur (1822.1895)

Carta autógrafa firmada al Ministro de Obras Públicas, Roger Charles de Larcy.

Una página en-4°.

París. 30 de diciembre de 1873.

« El Emperador propuso que se me concediera una recompensa nacional. »

Tras la caída del Segundo Imperio, Pasteur suplicó que finalmente se le concediera la recompensa nacional prometida por Napoleón III.

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“Señor Ministro, tengo el honor de enviarle adjunta una nota sobre mi trabajo. Esta es la ocasión en la que me tomo esta libertad. El 19 de julio de 1869, en el Palacio de Saint Cloud, en el Consejo de Ministros, el Emperador propuso que se me concediera una recompensa nacional en reconocimiento a los servicios que había prestado a la Ciencia y a la Industria.

La guerra y sus desastrosas consecuencias detuvieron la ejecución de este proyecto. Sin embargo, debo recordar que fui incluido en la lista de senadores nombrados el 27 de julio de 1870. El señor Thiers, en el momento de dejar el poder, estaba a punto de realizar los pensamientos del Emperador. El Sr. de Fourtou, Ministro de Educación Pública, tuvo la amabilidad de asegurarme la atención que dedicaría al estudio de esta cuestión.

Tengo el honor de pedirle, señor Ministro, que se interese por ella y que se tome la molestia de leer la nota impresa que adjunto a esta carta. Acepte, señor Ministro, el homenaje de mis respetos. L. Pasteur, miembro de la Academia de Ciencias. »

 

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Teñida de cortesía, la admiración de Pasteur por la familia imperial y en particular por Napoleón III, su protector, era real. Al mismo tiempo, el Emperador alimentó una innegable curiosidad científica, los dos hombres establecieron vínculos hasta la caída del Imperio, al servicio de los intereses de cada uno.

Pasteur se enteró, en 1869, de que Napoleón III acababa de nombrarlo senador vitalicio por los servicios prestados a la ciencia. Este título halagador no vio la luz: firmado el 27 de julio de 1870, el decreto previsto para el 15 de agosto no tuvo tiempo de publicarse en el Diario Oficial. La caída del régimen angustia al estudioso: “Estoy destrozado por el dolor, todas mis ilusiones se han desvanecido. A pesar de los vanos y estúpidos clamores de las calles y de todos los cobardes fracasos de los últimos tiempos, el Emperador puede esperar con confianza el juicio de la posteridad. Su reinado seguirá siendo uno de los más gloriosos de nuestra historia”.

A pesar de la desaparición política de Napoleón III, Pasteur recibió, en los años siguientes, numerosas distinciones honoríficas: Medalla Copley (1874), Legión de Honor (1878), elección a la Academia Veterinaria de Francia (1879), elección a la Academia Francesa ( 1882),…

 

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