Rara carta de Chaïm SOUTINE en busca de inspiración artística. 1931.

“No tardaré en volver a cogerle gusto a mi trabajo, porque estoy cansado de no hacer nada. »

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Chaïm SOUTINE (1893.1943). 

Carta autógrafa firmada a Émile Lejeune.

Dos páginas en-4°. Sobre autógrafo.

París. 30 de noviembre de 1931 (fecha añadida por otra mano)

 

“No tardaré en volver a cogerle gusto a mi trabajo, porque estoy cansado de no hacer nada. »

Soutine, enfermo y ocioso, desea reunirse con su amigo Lejeune en el Sur para encontrar su inspiración pictórica.

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“Querido Lejeune, hace tiempo que tengo la intención de venir a trabajar al sur. He estado muy enfermo desde la última vez que te vi en París. Me pusieron a una dieta muy estricta, gracias a la cual ahora estoy mejor.

Me gustaría salir de París inmediatamente después de recibir su respuesta si pudiera encontrarme una habitación grande donde pueda trabajar. Por favor escríbeme también si podemos tener leche en Cagnes para mi dieta. Creo que si me quedo en Cagnes recuperaré pronto el gusto por mi trabajo, porque estoy cansado de no hacer nada.

 ¿En qué te estás convirtiendo? ¿Te quedarás todo el invierno en Cagnes? Mis saludos a la señora Lejeune. Su rutina , 3 rue Narcisse Diaz. 16 »

 

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En 1931, Soutine ya se había beneficiado, desde mediados de los años 1920, del reconocimiento del mundo del arte y de los coleccionistas a pesar de sus complicadas relaciones con sus mecenas y con la idea misma de éxito o fortuna.

Los problemas de salud del pintor eslavo tuvieron graves consecuencias en su producción pictórica. Cuando residía en La Ruche, devorado por las alimañas y sin dinero, Soutine llevaba probablemente una tenia. Esto provocó que desarrollara una úlcera de estómago, que empeoró con el paso de los años. Con una salud frágil, Soutine había inventado dietas a base de leche y patatas, pero aun así se vio obligada, en varias ocasiones, a dejar de pintar durante semanas o incluso meses enteros.

Con la esperanza de redescubrir el gusto por el trabajo en el Sur, el artista pidió a su amigo el pintor Émile Lejeune que le buscara una habitación que le sirviera de estudio. Sin embargo, nos sorprende el deseo que lo motivó a regresar a Cagnes, quien escribió en 1923 al marchante de arte Zborowski queriendo “dejar a Cagnes este paisaje [que] no podía soportar [sic]”.

Amigo íntimo de Soutine, Modigliani, Picasso y Matisse, Émile Lejeune (1885-1964), pintor de origen ginebrino, poseía un taller en el barrio de Montparnasse donde, entre 1916 y 1919, se celebraron numerosos eventos que reunían a artistas bohemios.

Lejeune está inmortalizado en uno de los retratos más famosos de Soutine: Retrato de un hombre (Emile Lejeune), pintado en 1923 y hoy conservado en el Museo de la Orangerie con el número de inventario FR196394.

 

 

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