Max ERNST - Manuscrito autógrafo firmado. "Papá". 1967.

Importante manuscrito de Max Ernst –publicado en Le Monde el 1 de marzo de 1967– que revisita la herencia dadaísta con motivo del cincuentenario del movimiento.

6.500

Max Ernst (1891.1976)

Manuscrito autógrafo firmado. Papá.

Tres páginas en -4° en papel escolar rayado.

Una página de envío firmada por Alain Gheerbrant [?].

Slnd [febrero de 1967]

 

Importante manuscrito de Max Ernst –publicado en Le Monde el 1 de marzo de 1967– que revisita la herencia dadaísta con motivo del cincuentenario del movimiento.

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“Querido Alain, aquí lo tienes. Déjalo ir si crees que no vale nada. Bailo en mi sangre. Atentamente, Max. »

  

“Papá. Que algunos de los supervivientes del flagelo dadaísta se sientan poco reconfortados por el hecho de que sus provocaciones y actos de vandalismo corrieron la triste suerte de "entrar en la historia", después de una corta y brillante carrera en la euforia, que los "historiadores", escomateurs [sic] del espíritu dadaísta puede proclamar seriamente que el movimiento dadaísta fue, por su poder destructivo, incluso uno de los más constructivos de nuestro tiempo, que directores respetables de museos respetables entrenan equipos respetables para recoger en los campos de batallas y arenas "culturales" algunos miserables restos de bombas que explotaron en el pasado, que esos mismos fragmentos son montados en alfileres y presentados a un público respetuoso [sic] como tesoros históricos u objetos de valor estético, que la ciudad que es probablemente la más respetable burguesamente del mundo, es hoy orgullosos de haber presenciado el nacimiento de Dadá entre sus muros, en los que muchos de los países más civilizados y más conservadores del mundo se preparan para hacer sonar trompetas y tambores para saludar el medio centenario del advenimiento, que entre los primeros aficionados hay algunos que hoy insisten en afirmar –conocí a dos de ellos un domingo por la mañana en la exposición llamada Dada en el Museo de Arte Moderno– que el significado oculto del movimiento era la búsqueda de un nuevo lenguaje estético –lo que implica que con su La “entrada en la historia” Dadá tuvo que someterse a una revisión desgarradora de sus propios esplendores – todas estas y otras calamidades que amenazan con caer sobre Dadá tan pronto como “entre en la historia” –nunca deseadas, nunca buscadas por él– se habrán convertido en una sola. de esos crímenes cometidos que no pueden ocurrir sin graves falsificaciones de la historia, todo esto podría parecer monstruoso, absurdo, grotesco, inmoral, si uno de los pensamientos dadaístas fundamentales no consistiera en afirmar que todo esto es sólo normal, mediocre, mediocre, vulgar y vulgar. inevitable. A MÍ "

 

 

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